lunes, 13 de septiembre de 2010

Historia de la Robotica

Por siglos, el ser humano ha construido máquinas que imitan partes del cuerpo humano. Los antiguos egipcios unieron brazos mecánicos a las estatuas de sus dioses; los griegos construyeron estatuas que operaban con sistemas hidráulicos, los cuales eran utilizados para fascinar a los adoradores de los templos.
Por otra parte  la robótica ha estado unida a la construcción de "artefactos", que trataban de materializar el deseo humano de crear seres a su semejanza y que lo descargasen del trabajo.
Existen referencias a King-su Tse, China clásica, que inventa un autómata en el 500 a. C. Arquitas de Tarento (hacia 400 a.C.) es considerado el padre de la ingeniería mecánica, y uno de los maestros clásicos de la robótica occidental. Figuras como Heron de Alejandría, Hsieh-Fec, Al-Jazari, Roger Bacon, Juanelo Turriano, Leonardo da Vinci, Vaucanson o von Kempelen construyeron robots en la edad media, el renacimiento y el clasicismo.
 Asi como en el siglo XIX existe un auge de los autómatas y se producen importantes avances en todas las ramas de la ingeniería. En 1942 Asimov publica las tres leyes de la robótica coincidiendo con el inicio de la robótica moderna, basada en los avances en mecánica, electrónica e informática. El desarrollo de robots en el terreno industrial, bélico y aeroespacial durante el siglo XX permite la aparición de robots de gran precisión, útiles en cirugía, como el robot quirúrgico da Vinci (Intuitive Surgical Inc, Sunnyvale, CA, USA).
El primer auténtico controlador realimentado fue el regulador de Watt, inventado en 1788 por el ingeniero británico James Watt. Este dispositivo constaba de dos bolas metálicas unidas al eje motor de una máquina de vapor y conectadas con una válvula que regulaba el flujo de vapor. A medida que aumentaba la velocidad de la máquina de vapor, las bolas se alejaban del eje debido a la fuerza centrífuga, con lo que cerraban la válvula. Esto hacía que disminuyera el flujo de vapor a la máquina y por tanto la velocidad.
El control por realimentación, el desarrollo de herramientas especializadas y la división del trabajo en tareas más pequeñas que pudieran realizar obreros o máquinas fueron ingredientes esenciales en la automatización de las fábricas en el siglo XVIII. A medida que mejoraba la tecnología se desarrollaron máquinas especializadas para tareas como poner tapones a las botellas o verter caucho líquido en moldes para neumáticos. Sin embargo, ninguna de estas máquinas tenía la versatilidad del brazo humano, y no podían alcanzar objetos alejados y colocarlos en la posición deseada.
El desarrollo del brazo artificial multiarticulado, o manipulador, llevó al moderno robot. El inventor estadounidense George Devol desarrolló en 1954 un brazo primitivo que se podía programar para realizar tareas específicas. En 1975, el ingeniero mecánico estadounidense Victor Scheinman, cuando estudiaba la carrera en la Universidad de Stanford, en California, desarrolló un manipulador polivalente realmente flexible conocido como Brazo Manipulador Universal Programable (PUMA, siglas en inglés). El PUMA era capaz de mover un objeto y colocarlo en cualquier orientación en un lugar deseado que estuviera a su alcance. El concepto básico multiarticulado del PUMA es la base de la mayoría de los robots actuales.
La robótica representa actualmente uno de los logros más grandiosos de la humanidad y es el más grande y único intento del la humanidad para producir seres artificiales que sienten. Es solo hasta años recientes que la manufactura ha hecho a los robots crecientemente disponibles y adquiribles al público en general.
Esta línea del tiempo es solo un vistazo de la robótica con un enfoque en robots móviles así como un reconocimiento a inventores e innovadores del campo que han hecho de los robots su actualidad. De igual manera en la actualidad las màquinas CNC (Control Nùmerico Computarizado) son consideradas como robots ya que de iguala manera son programadas para realizar una tarea especifica y con una mejor precisiòn y calidad.

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